Esta guitarra de Jose Belllido, del año 1980 es una pequeña joya de la escuela de construcción de Granada. 33 años sobre el escenario, son muchos años...
Este caso es un poco particular ya que el cliente no quiere restaurar la guitarra, sino simplemente arreglar algunas zonas. Normalmente la gente espera de una restauración que la guitarra salga brillante como bañada en caramelo, pero en realidad respetar el estado original de un instrumento, especialmente de gama alta, es lo mas inteligente, ya que respeta el valor intacto del instrumento, ademas de que preserva su carácter y su historia.
La operación será la siguiente:
Sellar con gomalaca un par de zonas de la tapa que debido a la uña, tiene la madera totalmente expuesta.
Hacer un hueso nuevo que ocupe toda la ranura.
Estabilizar una raja muy importante en el fondo.
Lo primero, intentar estabilizar la raja antes de colocar unos refuerzos por el interior. Lo complicado es que el fondo no se va a rebarnizar, asi que hay que trabajar sobre el barniz y hay que ser extremadamente limpio para que no queden restos de pegamento ni dañar el barniz mas de lo que ya está.
A esperar que el pegamento fragüe...
La reparación esta terminada, y el instrumento sigue conservando su valor.
En esta foto se puede apreciar una linea negra de una reparación anterior... este es el tipo de reparaciones que si quitan lustre al instrumento... no sabemos quien la hizo, pero ya siempre será visible.
Un detalle de los refuerzos del interior. Esta reparación esta echa con el pegamento tradicional, la cola caliente, que ya se usaba desde hace siglos. Es ideal para restauraciones porque no es necesario presionar las piezas, pero tarda mas tiempo en secar y quedarse transparente. En pocos días no quedará rastro de las manchas...
Es difícil fotografiar el interior de la guitarra...
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